La infidelidad femenina es un problema que preocupa a muchos hombres. En esta época en la que parece que la igualdad de género da paso al hembrismo, preocuparse porque tu pareja te sea fiel te convierte de manera súbita en un macho opresor y un machista de primera. A los hombres se les califica como celosos, un adjetivo que tiene serias connotaciones negativas pues se asocia a comportamientos violentos. Por supuesto todo esto son inventos de algunos grupúsculos de mujeres resentidas. Un hombre puede ser celosos de una forma sana, aunque por supuesto, hay casos patológicos, y por supuesto también, son los menos. Si empiezas a tener dudas sobre si te estás volviendo paranoico o si simplemente tienes una verdad evidente delante de ti, consulta los siguientes párrafos y tendrás una clave de cinco puntos para saber si tu mujer te engaña.
Cambios en el comportamiento de las mujeres infieles
Las mujeres infieles muestran cambios en el comportamiento habitual, y no me refiero a los que llegan con esos días del mes, ni mucho menos. Por lo general no se trata de cómo hacen las cosas sino qué cosas hacen.
Por ejemplo, si sabemos que por lo general nuestra esposa en una adicta a los programas de televisión de sobremesa y siempre la dejamos en el sillón antes de salir a trabajar, podemos intuir que algo ha cambiado si cuando nos vamos empieza a arreglarse para salir.
En un principio nadie sospecharía por algo tan nimio, pero estas cosas se van a cumulando poco a poco hasta hacerse harto obvias.
Mujeres infieles recelosas de que usemos sus dispositivos de telecomunicación
muchas mujeres no son muy amigas de las nuevas tecnologías. No quiero de cir con esto que no las utilicen, al contrario, las utilizan mucho, quizás en demasía, pero su control o dominio sobre estas aplicaciones suele ser más bien pobre. Ya he hablado en el pasado sobre la importancia de conocer a fondo los métodos de comunicación que usas. No es descabellado pensar que muchas mujeres son especialmente recelosas con sus móviles, ordenadores y dispositivos similares porque no están acostumbradas a ocultar historiales y conversaciones.
Si has empezado a notar que nunca se separa de sus dispositivos y que cuando lo hace trata de ocultarlo, si has notado que siempre va ella en persona a por su móvil o que si tiene que hacer una consulta o cualquier cosa en su ordenador no te lo pide a ti (imagina que está ocupada y quiere apagar el ordenador para que no se le gaste la batería, y aún así deja de hacer lo que esté haciendo y se encarga ella del asunto), si has notado que cuando coges su móvil se sulfura y te pide que se lo devuelvas con prontitud, o intenta ocultar su aprensión con una actitud pasivo agresiva, entonces puedes tener indicios claros de que es una de esas mujeres infieles.
Las mujeres infieles suelen desatender a sus maridos
Atender dos relaciones no es nada sencillo. Lo más lógico es que cuando una mujer esté poniendo los cuernos a su marido dedique más esfuerzo a la nueva relación que a la que ya tiene. De esta forma se incrementa el número de veces en que se encontrará mal para tener sexo, o no le apetecerá estar contigo, o querrá que la dejen sola. en general un hombre puede notar que su mujer ya no le presta atención o que ha perdido la llama de la pasión que caracterizaba su relación hasta hace más bien poco.
La mentira se hace parte natural de las vidas de las mujeres infieles
Antes o después empieza a haber incoherencias que hasta el más crédulo e inocente de los esposos podrá ver. Así pues, se hacen necesaria las mentiras. Es muy difícil recordar todo el tejemaneje y antes o después empezaremos a discernir que hay claras ocasiones que no son ciertas y patrones en las mentiras.
Con un número suficiente de mentiras puede llegarse a enfrentar la situación, y puede que nuestra esposa se venga abajo al ver su castillo de naipes derribado por la brutal realidad.
Las mujeres infieles proyectan su culpabilidad sobre sus parejas
Uno de los comportamientos subconscientes más interesantes que resultan de las infidelidades es sobrerreaccionar a cualquier comentario que tenga lo más mínimo que ver con los engaños. Así por ejemplo si elogias a una mujer puede que tu esposa salte con una respuesta salida de tono. Si mencionas a algún compañero de trabajo suyo seguramente recalque que no le gusta, aunque en el pasado hubiera dicho que sí. Y si mencionas el nombre de la persona con la que está (generalmente suelen pertenecer a vuestro entorno), probablemente palidezca y enmudezca.
Si tienes seguro que te la está pegando tal vez sea el momento de hacer tú lo mismo y pasar de una relación que ha degenerado.